lunes, 5 de octubre de 2009

POEMA XX "Una tarde de invierno en otoño"


Sigilosa subía las escaleras, en la quietud, el frío día entró por la ventana para envolverte y acurrucarse en tu cuerpo.

Yo casi tocandon tu mejilla blanca, tibia, quieta, ...
en silencio tus pálidas mejillas se llenaban de vida, tus delgados labios, sonrosados, entre abiertos al placer del sueño exalaban el peso que llevas a diario, disipandose al sonido de tus suaves y acompasados ronquidos, tus dilatados parpados divisaban tal vez alguna otra frontera, siempre mas allá, en armonia con el mar, las gaviotas...

Yo casi fría, casi helada,respirando tu aroma, cubriéndome en tu piel de sabana y en la luz que emanaba de ella, supe que era mi sueño sumergiéndose en aguas perdidas; cegada por la humedad del llanto y la luz, me acercaba, me abrazaste y tal vez sentiste el frío, y tal vez viendo la misma frontera de la eternidad nos quedamos en silencio, protegidos en la pureza de la felicidad dormimos.

Dedicado a mi sensibilidad, pues los momentos siempre son eternos estando a tu lado.

Abril de 1996